La tecnología por
si misma no hace milagros. Por ello, plantear la clave del cambio educativo en
las tecnologías, es un error.
Las Tecnologías son herramientas perfectamente integrables en un sistema de
enseñanza reproductivo. De hecho, es muy fácil hacerlo. Es la forma más
sencilla de introducir tecnología en las aulas, informatizando procesos
existentes, sin cuestionarlos apenas.
La
oportunidad de innovación educativa tiene más que ver con trasladar el centro
de la actividad de la enseñanza hacia el aprendizaje. Esto es, en el modelo
reproductivo de la escuela tradicional la base está en la transmisión de
conocimientos del profesorado al alumnado pasivo. El nuevo modelo debe
llevarnos a poner al alumno y su actividad como centro de todo el proceso.
Por supuesto, las Tecnologías se convierten, en este contexto, en una
herramienta poderosa, al hacer posible el desarrollo de proyectos de
aprendizaje mayores, mejores y de distintas maneras, precisamente porque las Tecnología nos proporcionan
medios para la expresión personal y social, con la capacidad de proyectar esa
expresión hacia todo el mundo, no sólo el entorno próximo.
Por otro lado, las Tecnologías han cambiado, de forma general, el modo en
que las personas nos relacionamos con la información y el conocimiento: tenemos
acceso a muchas más fuentes, a muchos más puntos de vistas, es posible
contactar con pares y expertos que nos pueden proporcionar ayuda de manera
individualizada, nosotros mismos podemos exponer nuestras opiniones y nuestra
versión de las cosas para someterla a la valoración de los demás.
Diseñar pedagogías y metodologías emergentes centradas más en los aprendizajes, estableciendo sinergias con las tecnologías, es labor del docente del siglo XXI (dinamizador de aprendizajes)
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